LIBROS DE ADIVINANZAS

Entre los diversos tipos de textos con los que trabajamos en la biblioteca y en el aula, uno de los más atractivos a ciertas edades son las adivinanzas.

La editorial S.M. tiene una colección de libros dedicados a ellas con una propuesta muy sugerente para los lectores noveles. Con páginas desplegables que se ocultan, cada adivinanza está ilustrada con varios dibujos que sirven de ayuda a la hora de encontrar la solución, antes de llegar a la viñeta en la que está escrita la respuesta.

Escaneando las imágenes y tratándolas de forma individual elaboré una proyección con cada libro, con la cual los alumnos del primer ciclo de E. Primaria se divertían a la vez que practicaban la lectura y mejoraban sus habilidades lectoras.

En primer lugar, proyectaba el texto de la adivinanza para que la leyesen en silencio. A continuación, de forma individual o en grupo, se leía en voz alta (en algunos casos, para darle la entonación y el ritmo adecuado, la leía yo mismo una vez más).

Les pedía que escribiesen en una hoja la respuesta aquellos que la hubiesen descubierto. A continuación, proyectaba uno de los dibujos de ayuda relacionados con la adivinanza y pedía que escribiesen la solución aquellos que aún no la había escrito. En algunos casos, proyectaba el segundo dibujo de ayuda. Pedía que levantasen la mano aquellos que habían escrito la respuesta sin ayuda, los que lo había hecho con una ayuda y los que lo habían hecho con dos. Pedía a un alumno que nos diese la respuesta. Si alguien tenía otra distinta también nos la decía en voz alta. Por último, proyectaba la diapositiva con la respuesta. (Algunos libros solo cuentan con el texto y una imagen de ayuda)

La actividad se podía prolongar durante 30, 40 o 50 minutos; siempre pedían más. Como decía al principio, las adivinanzas tienen un gancho especial a determinadas edades.

En otra ocasiones cambiaba la dinámica o la forma de leerlas o proyectar las imágenes. En cualquier caso, los objetivos siempre eran los mismos: