PROPUESTA DIDÁCTICA

En el colegio Las Lomas, el Día de la Paz se había convertido en una de las fiestas de mayor tradición. En nuestro proyecto educativo figuraba como uno de los objetivos básicos la convivencia en paz y armonía y las relaciones de amistad. Así que esa celebración era solamente un jornada para festejar de una manera especial algo en lo que trabajábamos todos los días.

En el curso 2014-15, un día, mientras trabajábamos en la biblioteca la creación de poemas, se me acercó una niña y me comentó: “José Antonio, mi abuelo escribe poesías. Y a mí me ha enseñado a escribirlas. Algunos días nos ponemos en casa y escribimos juntos. Él ha escrito muchísimas y mi madre dijo que tenía que hacer un libro con todos ellos. Si quieres te enseño las poesías que tengo escritas y te traigo un día los libros de poesías de mi abuelo”. Le dije que estaría encantado de ver unas y otros.

Entre los poemas escritos por su abuelo, me enseñó uno que le gustaba especialmente. Y en verdad que se trataba de un poema original y sugerente. Me pareció que podía dar mucho juego para la celebración del Día de la Paz.

Así que empecé por leerlo en todos los grupos de primaria, desde 1º hasta 6º. Una semana, al empezar la clase que dedicábamos semanalmente a actividades de lectura y biblioteca, les leí el poema, sin más. A las dos semanas, lo volví a leer; sin hacer tampoco ningún comentario. En aquella ocasión ya hubo alumnas y alumnos que se me acercaron al terminar la clase y me dijeron que esa poesía ya la había leído en la clase anterior y que les había gustado. Hubo quien dijo que era una poesía muy bonita para el Día de la Paz (los chicos son más listos e intuitivos de lo que a veces pensamos).

Como ya les sonaba, no sería difícil su lectura. Así que, cuando se acercó el Día de la Paz (30 de enero), dediqué buena parte del tiempo de la clase quincenal con cada uno de los grupos de primaria a realizar una serie de actividades que sirviesen fundamentalmente para tres cosas:

  • Memorizar lo mejor posible el poema.
  • Disfrutar con su lectura o recitado.
  • Reflexionar acerca del contenido del mismo y poner en común esas reflexiones.

La actividad no pudo ser más enriquecedora. Sobre todo, para mí. Los comentarios que hacían los alumnos desde 1º hasta 6º no tenía desperdicio.

Pensé que, además de las palabras, un apoyo con fotografías podría fortalecer el texto y sugerir otras ideas o imágenes mentales.

Así que, busqué una foto o dos que acompañasen a cada estrofa y preparé una presentación con diapositivas, unas con las imágenes y otras con el texto.

Ese día, al llegar cada grupo a la biblioteca, después los “buenos días” y sin decir nada más, proyecté las imágenes. A algunos les costó; otros, los más espabilados, enlazaron el poema que habían escuchado unas semanas antes con las fotografías que estaban viendo.

Pregunté y surgieron las respuestas, las imágenes mentales, el por qué de esa proyección, la relación de la poesía con el Día de la Paz, etc.

  • ¿Os gustó la poesía? ¿Queréis que la leamos otra vez?

Las respuestas eran unánimes.

  • Pero hoy vais a ser vosotros los que la vais a leer. En silencio.

Y les fui proyectando las diapositivas en las que aparecían los versos de uno en uno. Era la tercera vez que se encontraban con el poema.

A continuación, les fui proponiendo diversas formas de lectura en voz alta:

  • Yo leía cada estrofa a la vez que proyectaba la(s) imagen(es) correspondiente(s).
  • Proyectando cada verso, yo leía los impares y ellos, a coro, los versos pares.
  • Cada alumno, siguiendo el orden en el que estaban sentados, leía un verso.
  • Yo leía el inicio de cada verso y ellos, a coro, la última palabra.
  • Dividimos la clase en cuatro grupos. Cada uno leía un verso de cada estrofa.

Ahora con las estrofas completas:

  • Yo leía las estrofas impares y ellos las estrofas pares.
  • Se agruparon por parejas. Cada pareja leía una estrofa.

Y terminamos leyendo todos a coro el poema completo mientras se proyectaban las diapositivas en las que aparecían unidas cada estrofa con su fotografía correspondiente.

A algún grupo le propuse un reto final: proyecté las diapositivas solo con las imágenes y ellos tenía que decir las estrofas de memoria. ¡Y funcionó! Algunos olvidaban alguna palabra, pero otros recordaban el poema verso por verso.

Ha sido una de las experiencias más bonitas que he vivido disfrutando de la poesía con los niños.

La poesía está publicada en el libro Pensamientos y Sueños, de Pablo Gutiérrez Gutiérrez, editado por el propio autor.

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Propuesta didáctica
Poema
Proyección