REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Comunicación. CAMACHO ESPINOSA, José Antonio, YELA GÓMEZ, Fernando Antonio y ALDEANUEVA PANIAGUA, Vicente. “25 años caminando con la lectura. ¿Qué nos queda en la mochila?”. En: I Encuentro Nacional de Animación a la Lectura en Educación Secundaria Obligatoria. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Murcia. 2003. Disponible en: https://www.joseantoniocamacho.info/formacion/conferencias-ponencias-comunicaciones/
25 años caminando con la lectura. ¿Qué nos queda en la mochila? (Descargar pdf)
- La lectura es una camino que cada persona emprende de forma distinta, con un ritmo y un rumbo propio.
- No se trata de leer más, sino de leer mejor.
- Nadie es culpable de que los niños y jóvenes no lean, pero todos somos responsables.
- Sólo un verdadero lector es capaz de transmitir la pasión por la lectura. No es tanto cuestión de talento, como de talante.
- ¿Por qué los niños lectores dejan de serlo al llegar a la adolescencia?
- La escolarización de la lectura recreativa, que relaciona ésta con lo académico, ha convertido al libro en muchas ocasiones en vehículo de enojosas tareas escolares y ha hecho desaparecer el placer de la lectura. Placer que, por otra parte, no se alcanza sin esfuerzo.
- Prohibir leer ciertos libros pude ser una buena fórmula para animar a leer, sobre todo a los adolescentes. Ya sabemos que les gusta rebelarse contra la imposición.
- A medida que los niños van creciendo, dejamos de leerles y contarles historias –si es que lo hicimos alguna vez. También a los jóvenes les gusta escuchar.
- Es imprescindible aunar esfuerzos: familia, instituto, biblioteca pública y escolar, librerías…; exigiendo, al mismo tiempo, a la Administración el apoyo legal y presupuestario necesarios.
- ¡Cuidado con la avidez de resultados inmediatos! La educación y la cultura son árboles que tardan muchos años en dar fruto y quizás el de la lectura aún más. Animar a leer es una carrera de fondo que se enmarca, en el caso de los centros educativos: en la biblioteca escolar, en el Proyecto Educativo de Centro y en la Programación General Anual.
- La animación como método, no como objetivo. Sólo animamos a leer cuando hay un trabajo continuado, habitual y a largo plazo. Las grandes campañas puntuales pueden ayudar, pero no hacen lectores.
- Ante todo, hay que pensar en los propios usuarios a quienes va dirigida la actividad. Ellos deben ser en cada momento los protagonistas.
- Nuestro trabajo es acercar los libros a la gente, respetando el derecho a no leer, sin que ello reste entusiasmo; no hay que caer en fanatismos. Quien no lee puede usar la palabra a través del dialogo, la canción,… haciendo literatura de las cosas cotidianas. Eso sí llega a todo el mundo. Nuestro papel no es dirigir, sino acompañar en el descubrimiento de la lectura.
- La animación a la lectura quizás no haga leer a todos, pero invita a muchos a la biblioteca. Esta actividad sostenida y entusiasta de algunos profesionales es lo que en buena parte las ha dado a conocer.
- Una sociedad lectora no se construye sólo con el entusiasmo y la abnegación de unos cuantos. Son imprescindibles bibliotecas públicas y escolares de calidad, profesionales bien formados que las atiendan y normativas claras que las mantengan en pie década tras década.
Así terminaban las jornadas que con el título 25 AÑOS DE ANIMACIÓN A LA LECTURA, se han celebrado en Guadalajara el pasado mes de noviembre. Éstas eran las conclusiones con las que tratábamos de resumir la experiencia de muchos colectivos a lo largo de estas dos décadas y media en favor de la palabra. Tratando, ante todo, de que la comunicación sea un valor primordial y de que el libro sea el estandarte de esta cruzada.
A estas conclusiones podríamos añadir las citas textuales de algunos de los ponentes…
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