ORTIZ, Estrella. Contar con los cuentos. Ciudad Real: Ñaque, Editora. 2002. ISBN: 84-89987-40-8
RESEÑA
Vivimos en un mundo muy ruidoso. Y no solamente por la cantidad de sonidos que nos abruman a todas horas, ocasionados por las múltiples máquinas que nos facilitan la vida –y que también nos la complican, según los casos–, sino por los múltiples mensajes que nos alcanzan hechos con una palabra devaluada, trajinada, estereotipada, a través de la publicidad y demás lugares comunes de la comunicación. Esta palabra impersonal, llena de indiferencia, ocasiona un ruido en nuestra cabeza y nos aturde. Es lógico que las personas, ante estos abordajes sonoros, nos defendamos no escuchando, o más bien no atendiendo, porque para no escuchar tendríamos que tener tapados los oídos.
¿Qué ocurre con tanto mensaje oído y no deseado? Que nos va dejando una piel dura de elefante frente a lo que nos dicen las palabras. Volver a la palabra de verdad, a la palabra dicha con corazón, es tarea del cuentista. Creo que la necesidad de esta palabra verdadera es una de las razones por las que la narración oral vive cada vez más en nuestra sociedad. La palabra del narrador es una palabra personal, que surge en el momento para quienes escuchan, que mira y se dirige a ellos como únicos interlocutores.
Los niños y niñas, por su gran permeabilidad e inocencia, sufren especialmente el acoso de la palabra interesada y comercial. Ofrecer un espacio de escucha dentro de la familia, en la escuela y su círculo más cercano, les brinda la oportunidad de recuperar intimidad, confianza, tranquilidad, diálogo y disfrute en armonía. Favorecer espacios de silencio y reposo potencia profundamente el valor de la palabra.
Deja tu comentario