REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: Conferencia. CAMACHO ESPINOSA, José Antonio. “El hábito lector: biblioteca, escuela y familia”. En: Seminario “Las Bibliotecas Escolares en el Nuevo Horizonte de la Educación”. ANELE. Madrid. 2004. Disponible en: https://www.joseantoniocamacho.info/formacion/conferencias-ponencias-comunicaciones/

El hábito lector: biblioteca, escuela y familia (Descargar pdf)

Como si de la vida misma se tratase, la lectura se inicia al nacer, e incluso antes, y cada una de nuestras experiencias va consolidando una forma de leer personal, propia de cada uno. Por tanto, esto no es una ponencia, como me había solicitado la organización de estas jornadas, sino una historia.

Pasearon a lo largo de aquella playa de aguas tranquilas, doradas por la luz crepuscular, mientras intercambiaban palabras y miradas que hacían presagiar el más enamorado de los encuentros.[1] ¡Qué alegría el día que supieron que ella estaba encinta! El embarazo fue largo; bueno, de nueve meses. Pero hubo días complicados, otros gozosos. La madre disfrutaba acunando al retoño en su vientre.

El parto no ha sido ningún camino de rosas, pero el fruto ha hecho olvidar los momentos más dolorosos. El padre y la madre arrullan a la recién nacida. Le cantan, le cuentan, le dicen…[2] Las palabras envueltas en dulzura, en cariño, en ternura, hacen el milagro. Empieza a hacerse lectora, haciéndose “oidora”, disfrutando de la palabra oída.

Al mes de haber nacido, Laura recibió en casa su carnet de socia de la biblioteca pública.[3] Algunos meses más tarde los padres acuden con su hija a la biblioteca. La “Bebeteca” es un espacio de encuentro entre padres –generalmente madres- y niños de corta edad. Cuentan, cantan, juegan… Han preparado una cadena en círculo: madre, niño, madre, niña, padre, niño, madre, niña…[4] Los libros pasan de mano en mano, de boca en boca. Son de materiales blandos, de colores atractivos.[5] Se confunden con los cojines, con los cubos de gomaespuma, con los muñecos de peluche.

[1] Fotografía de una pareja al atardecer.

[2] Canción de cuna: “Arrorró, mi niño duerme”.

[3] Imágenes de la sección infantil de la B. Pública de Guadalajara.

[4] Canción para balancearse: “Aserrín, aserrán”.

[5] Fotografía de la Bebeteca de Guadalajara.

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