REFERENCIA

BIBLIOGRÁFICA

Blanca Calvo y José Antonio Camacho Espinosa. Bibliotecas pobres, ciudadanos solidarios. En: Mi Biblioteca, 2012, nº 29, p. 18-22

José Antonio Camacho Espinosa y Blanca Calvo

¡Qué cierto es, que no hay mayor alegría que la de regalar o regalarse a los demás!

Será por eso por lo que este año se ven en la Biblioteca Pública de Guadalajara caras más sonrientes y ojos con más chispa que en otras ocasiones. Así son las crisis, sacan lo mejor de nosotros para ofrecérselo a los demás.

La biblioteca de Guadalajara es mucho más que una institución. Es un grupo magnífico de profesionales con una persona a la cabeza que desde hace más de 30 años ha tenido claro una cosa: que las puertas y los brazos siempre tienen que estar abiertos, tanto para dar como para recibir. Por eso la biblioteca es, para muchas personas: su segunda casa, su lugar de encuentro con los amigos, su cobijo en las tardes de invierno, su puerta abierta al conocimiento, a la información… En definitiva, parte de su vida.

Y por eso, cuando la biblioteca se encuentra en dificultades y pide ayuda, sus socios se vuelcan con el mismo entusiasmo y con el mismo cariño con el que acuden para buscar un libro o un DVD, para estudiar horas y horas junto a otros compañeros, o para participar en las decenas de actividades que se organizan cada año. Unos socios que, según las estadísticas de 2010, superaban la cifra de 31.000, lo que quiere decir que cerca del 40% de la población de Guadalajara es socio de esta biblioteca. Con ese capital humano se pueden explicar muchas cosas.

Desde hace tiempo, la biblioteca es como una gran familia en la que muchos están dispuestos a participar con aquello que está en su mano. Así podemos ver, cada vez que entramos en alguno de los despachos, cajas y más cajas repletas de libros con donaciones que hacen los lectores de sus bibliotecas particulares. Donaciones que, en algunos casos, son auténticas joyas que pasan a engrosar lo mejor del fondo bibliográfico de esta casa. En otros muchos, es una pequeña parte la que se queda en la biblioteca. Sin embargo, el resto de los libros sirve para hacer, a su vez, donaciones a pequeñas bibliotecas de aquellos países que tienen muchas más carencias que nosotros y que las reciben con los brazos abiertos. O que sirven para hacer “mercadillos” en los que se prodigan los intercambios entre los propios lectores o la recogida de fondos para colaborar con aquellas otras bibliotecas.

A principios de año, el gobierno de Castilla-La Mancha anunció -nada más y nada menos- que el presupuesto para adquisición de fondos y para actividades culturales de las bibliotecas que gestiona la Junta de Comunidades se reducía en un 100%. Es decir, que se quedaba en 0 €.

– ¿Cómo?

– Sí, sí. Has leído bien: las bibliotecas de Castilla-La Mancha se han quedado en 2012 sin presupuesto para adquirir libros, CDs, DVDs, suscribir revistas, realizar clubes de lectura, programar conferencias, celebrar cuentacuentos, etc. O lo que es lo mismo, los 125.000 € para adquisiciones o los 20.000 € para actividades con los que contó en 2010, han desaparecido.

Pues bien, esa generosidad de la que hablábamos más arriba se ha visto desbordada en las últimas semanas. Ahora no solo se han incrementado las donaciones de las colecciones particulares, sino que muchos socios de la biblioteca llegan con las últimas publicaciones, con el último “best-seller” o con la novedad en música de su cantante favorito que, después de leído o escuchado, regalan para que otros lectores puedan hacer uso de ellos. No hace muchos días que un joven llegó con una bolsa cargada de libros infantiles y juveniles, por valor de 60 €. Él había leído muchos libros de la biblioteca cuando era niño y cree que no hay mejor inversión que la de libros para que desde pequeños podamos acceder a la cultura y al conocimiento. Otro joven también quiso contribuir al fondo musical, diciendo que “cómo no iba a estar en la biblioteca el último CD de Alejandro Sanz”.

Y si importante es la colaboración de los socios particulares, no lo es menos la de las asociaciones que tienen su sede en la propia biblioteca o aquellas que tienen fuertes vínculos con la misma, creados durante años de estrecha colaboración. Varios clubes de lectura ya han anunciado que harán la donación de 30 ejemplares de la próxima obra que lean, después de haberla adquirido con el dinero de su bolsillo. El Seminario de Literatura Infantil y Juvenil también hará donación de las novedades que recibe de distintas editoriales.

Una sección muy relevante en una biblioteca pública es la de las publicaciones periódicas. El interés de los lectores por estar al día de las noticias o de informarse puntualmente de las novedades en cualquier rama del conocimiento, obliga a la biblioteca a disponer de un buen número de periódicos y revistas, tanto de divulgación como especializadas. De las decenas y decenas de publicaciones que llegan habitualmente, la hemeroteca solo contará este año con media docena de los diarios más leídos. Pero ahí está la generosidad, en primer lugar de los propios trabajadores, y después de los socios y asociaciones, para garantizar que, al menos las más importantes o las más leídas, sigan llegando. Más de 50 publicaciones periódicas han sido suscritas por ellos y vuelven a llegar puntualmente a la hemeroteca de la biblioteca pública. Vale la pena llamar la atención sobre el hecho de que una notaría próxima a la biblioteca se encarga de pagar una publicación relacionada con la economía.

No menos importante que la colaboración dineraria, es la que mucha gente hace prestando su propio tiempo, sus conocimientos o sus habilidades para que la biblioteca siga siendo un faro que con decenas de actividades culturales, sigue alumbrando a la ciudad: los más de 20 clubes de lectura, tanto de adultos como de niños y jóvenes, son coordinados por personas que realizan su trabajo de forma desinteresada. La Asociación de Amigos de la Biblioteca o la asociación El rincón lento, además de su aportación en la suscripción a una revista, se encargan de programar y organizar conferencias, talleres y actividades varias, que pagan con sus propios fondos o que realizan socios de dicha asociación de forma desinteresada. Por su parte, el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, que también ha suscrito una publicación periódica, se va a encargar de mantener la actividad La hora del cuento, que se realiza un sábado de cada mes y que va dirigida a los socios más pequeños. Hasta ahora, a esta actividad acudían narradoras y narradores profesionales que habían participado el viernes anterior en la actividad Los viernes de los cuentos, que organiza el Seminario para personas adultas. Durante los próximos meses la realizarán los miembros de este seminario, de forma desinteresada.

Podríamos seguir enumerando actividades como sesiones de magia, talleres de poesía, cuentos para bebés y un largo etcétera que realizan profesionales o aficionados sin cobrar por su trabajo. Pero nos vamos a detener en una que llama la atención especialmente. Ya el curso pasado, a la vista del número imparable de niños y niñas que acuden a la biblioteca a realizar sus “deberes” o trabajos de investigación, se pidió la colaboración de voluntarios para “ayuda al estudio”, que se encargasen de echar una mano a estos pequeños estudiantes para realizar estas tareas. Ni la propia directora de la biblioteca se lo podía creer: en torno a 200 personas ofrecieron su colaboración. Ante tal avalancha, hubo que hacer una selección y este curso son 65 las personas que atienden esta iniciativa, en grupos de cinco colaboradores.

Otra actividad, paradigma de la colaboración que ofrecen grupos e individuos de Guadalajara, es el Maratón de los Cuentos, organizado conjuntamente por la Biblioteca Pública y el Seminario de Literatura Infantil y juvenil. Esta actividad, además del presupuesto con el que cuenta para la contratación de equipos, mobiliario, luz, sonido, decoración, festival de narración, espectáculos de calle…, no sería posible sin la inestimable y desinteresada colaboración de más de 250 personas. El propio diseño y organización de la actividad, talleres de animación, la “Chimenea de los cuentos”, preparación de exposiciones, “Maratón de ilustraciones”, “Maratón de Fotografía”, “Maratón de radio”, servicio de alojamiento, atención a los invitados, servicios de transporte, limpieza y recogida, servicio de avituallamiento y otro largo etcétera que hacen posible que se lleve a cabo, durante tres días, el mayor acontecimiento cultural de la ciudad.

La suma de todas las aportaciones realizadas hasta ahora por los usuarios para que una biblioteca sin presupuesto no esté vacía este año supera los 4.000 € y no es aventurado afirmar que a final de año ronde los 20.000 €. A ello habría que añadir el coste correspondiente a todas esas aportaciones que los ciudadanos hacen prestando su tiempo personal. En conjunto, la valoración económica podría superar los 40.000 o 50.000 €. Es cierto que está lejos del presupuesto que en el año 2010 dedicó la Consejería de Educación y Cultura a esta biblioteca, pero se puede afirmar que el entusiasmo de los socios y de los ciudadanos en general, apoyando el de los propios trabajadores, ha permitido que la biblioteca mantenga de forma aceptable su oferta de publicaciones periódicas, novedades editoriales y actividades culturales.

Todo lo dicho, si bien encaja con ese espíritu de colaboración y solidaridad hacia una institución que encarna quizás la iniciativa cultural más destacada de la ciudad, no conviene confundirlo con otras propuestas o ideas de algunos líderes políticos, que pretender dar respuesta a la escasez de presupuestos con servicios atendidos por voluntarios que vengan a cubrir los puestos de trabajo que deben estar atendidos por profesionales.

Y ante esta situación de escasez pero, sobre todo, de claro ataque a los servicios públicos esenciales, la parte reivindicativa no es menor. Amén de otras propuesta que vienen desde organizaciones con implantación regional o estatal, la Asociación de Amigos de la Biblioteca, con la colaboración del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, ha lanzado una campaña de recogida de firmas en apoyo de dos manifiestos -uno para niños y otro para adultos- en los que se denuncia esta reducción del 100% del presupuesto para dotación documental y para actividades. Estos manifiestos se están extendiendo, tanto en formato impreso como digital, entre todos los socios y ciudadanos y se harán llegar al gobierno regional coincidiendo con la celebración del Día del Libro.

Además del valor económico de esta magnífica movilización social, hay que resaltar el valor moral de todas estas aportaciones, que dejan claro que nuestra sociedad no está muerta y que la solidaridad es uno de los valores primordiales

Terminemos este relato mencionando una última propuesta lanzada por la Biblioteca Pública de Guadalajara: “Las cartas de amor a la biblioteca”. Seguro que son tantos los motivos, las experiencias o los momentos vividos en este lugar o gracias a sus fondos documentales, que los lectores tendrán mucho que agradecerle. Así que se han abierto varios buzones en puntos estratégicos del edificio, donde cada uno podrá depositar sus palabras, manifestando su cariño por lo mucho que esta institución le ha ofrecido durante toda su vida.

Éste será también el lema de los “Libros Gigantes”, que cada año convoca la biblioteca para su confección en colegios e institutos, con motivo del Día del Libro. En ellos, de forma colectiva, alumnos y profesores elaboran obras de gran interés, tanto literario como plástico, todas ellas inéditas y de creación propia.

Como avance de esos relatos, podemos ofrecer a los lectores de la revista, uno de los primeros, llegado a través del correo electrónico:

Cada vez que entro por tu puerta,

espero encontrarme grandes tesoros,

eres mi isla, haces que me olvide

de preocupaciones, obligaciones.

En ti encuentro canciones inolvidables,

películas que me muestran la vida

de formas tan diferentes y sorprendentes,

libros ingeniosos, cuentos maravillosos,

novelas inimaginables, países, pueblos,

ciudades desconocidas.

Eres mi sexto sentido,

mi puerta a lo desconocido

mi quinta dimensión.

Eres la Biblioteca.

Espero poder entrar por tu puerta

durante toda mi vida y

seguir soñando que

mañana iré a la Biblioteca.

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