REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: CAMACHO ESPINOSA, José Antonio. La biblioteca escolar: Algo se mueve. En: Platero, 2004, nº 140, p. 5-8. Disponible en: https://www.joseantoniocamacho.info/publicaciones/articulos/

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La reforma de la década de los 90 del siglo pasado, llevada a cabo con la promulgación de la LOGSE, vino a transformar de manera sustancial el sistema educativo en su conjunto. El proceso previo de elaboración de documentos de carácter pedagógico, su análisis y las aportaciones de los teóricos de la pedagogía y del profesorado quedó reflejado en los D.C.B. (Diseño Curricular Base) de las tres etapas: Infantil, Primaria y Secundaria. Dentro de la línea constructivista que informaba este proceso de reforma, la biblioteca ocupaba un lugar privilegiado y así se recogía en el área de Lenguaje.

La utilización de todo tipo de textos, entre ellos los de literatura infantil y juvenil, para la adquisición y el manejo del lenguaje, incluidos los aspectos formativo, informativo y estético; el empleo de técnicas sistemáticas para la creación de textos y el uso de recursos expresivos; el manejo de textos -literarios o no-, tanto de autor como de la tradición oral, para el aprendizaje del léxico; el uso de todo tipo de recursos informativos y documentales en el proceso de aprendizaje…” Todo esto conducía de manera inexcusable a la creación en cada colegio o instituto de un centro de documentación y recursos para que el alumno pudiese llevar a cabo los procesos de autoaprendizaje por los que se abogaba en esos mismos textos.

De ahí que se dedicase un epígrafe exclusivo a la biblioteca escolar, destacando la importancia tanto de la biblioteca central como de las de aula. También se hacía mención del papel del profesor en la selección de libros, en la gradación de las lecturas y en la orientación individual a los alumnos, así como a la importancia de la implicación de éstos en el manejo de la biblioteca y en su organización y funcionamiento.

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