REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA: CAMACHO ESPINOSA, José Antonio. Bibliotecas escolares. Otro mundo es posible. En: Educación y biblioteca, 2003. N.137. P.24-25. Disponible en: https://www.joseantoniocamacho.info/publicaciones/articulos/

Bibliotecas escolares. Otro mundo es posible. (Descargar pdf)

La historia de las bibliotecas escolares corre paralela a la historia de la educación. Los grandes pedagogos de finales del siglo XIX y principios del XX como Kilpatric, Decroly, Dewey o Freinet son los creadores de la escuela moderna, germen de las bibliotecas escolares como centros de recursos bibliográficos y de todo tipo, donde el alumno tiene que nutrirse en su proceso de aprendizaje. En 1835 ya se había promulgado en EE.UU. una ley que permitía que los distritos escolares destinasen parte de su presupuesto a la creación y mantenimiento de estas bibliotecas y en 1892 el estado de Nueva York creó su primera División de Bibliotecas Escolares.

En España, fue la II República la que dio un impulso como no se había conocido hasta entonces en el campo de la educación y la cultura, con iniciativas como las Misiones Pedagógicas, llevadas de la mano de grandes personajes como M. Bartolomé Cossío y María Moliner, con las que se crearon de más de 5.000 Bibliotecas Populares entre 1931 y 1935 en las zonas más desfavorecidas social y económicamente. Desde entonces sólo se han acometido actuaciones que no han llegado a generalizarse a todo el sistema educativo español y que, en el mejor de los casos, han sido de carácter temporal y cuya incidencia se ha perdido con el paso de los años.

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