EL DESTELLO DE HIROSHIMA.  TEXTO e ILUSTRACIONES: Toshi Maruki. Editorial Miñón. Valladolis. 1986.

Aquella mañana, el cielo de Hiroshima estaba muy despejado.

El sol calentaba con gran fuerza.

Los siete ríos de Hiroshima fluían silenciosamente.

Los tranvías iban despacio.

A pesar de la guerra

Tokio, Osaka, Nagoya y otras ciudades habían sido bombardeadas.

Solo permanecía intacta Hiroshima.

Sus habitantes decían con temor: «pronto nos tocará».

… (continúa)

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